sábado, 24 de agosto de 2013

¿Padece cansancio crónico?

Un estilo de vida demasiado rápido y con mucho estrés, al que se añade la incertidumbre económica, así como los diversos problemas sociales, puede llevar a un padecimiento difícil de identificar pero cada vez más común: cansancio crónico.
“A medida que pasa el tiempo nos vamos complicando la vida. Aparecen nuevos retos, nuevas responsabilidades y nuevas actividades que nos van ocupando el tiempo, dejándonos con muy pocas horas del día para descansar y pasarla bien”, expone la psicóloga Wendy Matos, de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
“Muchas veces decimos ‘me siento agotado’, ‘no puedo más con el estrés’, ‘si el día tuviera 48 horas’. Esto refleja que nuestro estado físico y emocional se ha alterado, que hay un desbalance entre el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso. Cuando esto ocurre, puede ser que se desarrolle en nosotros la fatiga o estrés crónico”, advierte la sicóloga.
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“Los síntomas más notables asociados con la fatiga o estrés crónico son llanto fácil, irritabilidad, dolores y espasmos musculares, dolores de cabeza, frustración, temblores, mareos, taquicardia, infecciones recurrentes, trastornos del sueño y trastornos del apetito entre otros”, agrega Matos, aunque indica que no son los únicos.
Por ejemplo, cuando la tensión emocional se torna patológica, se pueden presentar síntomas más severos, como sensación de hormigueo en el cuerpo, dolor en las articulaciones, desajuste en la temperatura del cuerpo (mucho frío o mucho calor), hipersensibilidad en la piel y problemas para dormir.
“Si no se previene y se atiende la tensión emocional, cuando se torna crónica puede convertirse en un desgaste físico y mental permanente y la persona puede estar propensa a desarrollar otras enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, depresiones mayores y trastornos de ansiedad”, advierte Matos.
“Es más común en mujeres que en hombres, al igual que en personas inactivas y sobrepeso”, agrega la sicóloga. “Cuando se mantiene por mucho tiempo, en un momento dado el mismo cuerpo avisa que no puede más y hace como una especie de shutdown (se apaga)”, añade la sicóloga clínica Ana Cecilia Sala, del Departamento Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas.
Cuando todas las cargas se van acumulando o se añaden otras, agrega la sicóloga, comienzan los problemas. “Lo que pasa es que se lleva al cuerpo a un nivel en que no puede aguantar más y luego la recuperación es muy lenta”, añade Sala.
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