Largos, cortos, intermedios ¡como sea! El pelo conforma un aditamento físico seductor difícil de obviar en una mujer.
Sin embargo nuestro compañero de ruta transita por diversos vaivenes biológicos, y otros tantos, estéticos; producto de nuestra búsqueda por cambiar el look (tinturas, cortes, frizados, coloraciones en capas...), que hacen que muchas veces comience a debilitarse, pero no a caerse. La causa es médica.
Lejos de los pronósticos, hay que ver el origen clínico de base que determina su caída y, aunque existan productos cosméticos que lo debiliten o resequen, es el origen a nivel de salud el que genera una anomalía notoria.
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