miércoles, 10 de agosto de 2011

Descansar


Pasé cerca de un mes sintiéndome mal, estaba decaida, con dolores de cabeza (cefaleas), náuseas y otros malestares, aún así seguía trabajando de 9 a.m. a 1 p.m. y de 3 p.m. a 8 p.m. Creo que desde ese momento el lobo comenzó a enviar señales de que requería un descanso, hice caso omiso a esa señales y continée con mi ritmo de vida, de un lado a otro, trabajando, etc., etc.
Hace 3 días no podía ni dormir, me levantaba tarde al trabajo y regresaba nuevamente a dormir, con dolor corporal, un dolor en el pecho como si hubiera corrido 5 kilómetros. Con la fatiga típica a todo lo que da, el solo bañarme me cansaba y en ocasiones el solo hablar también.
No quería "darme por vencida" y dejar que el "lobo ganara" Que ganara qué? yo les pregunto. Es por ello que prefiero usar el térmico "conviviendo con i lupus" Porque luchs para mí es ver quien puede más y yo se que el lobo puede más, pero puede más si yo se lo permito.
Hice caso a las señales y tomé una decisión difícil de abandonar un trabajo que disfrutaba mucho, reía, la pasábamos bien todo el personal, el jefe nos invitaba comidas, desayunos, raspados. Es un buen jefe y sé que extrañara ese trabajo.
Por cierto lo que no les dije es que mis planes de salirme ya los tenía, solo que pretendía terminar todo Agosto y esa lucha entre la meta que yo me había fijado y lo que el lobo me estaba forzando, tardé en tomar la desición, porque creía erroneamente, que el lobo ganaría. No ganó y no ganará. Porque es más importante mi salud y en mi caso si requiero salirme de trabajo lo haré y me enfocaré en mis proyectos, afines a mi carrera y con los cuales también ganaré dinero.
Me duele contarles que en un trabajo en la cual yo no sea mi propia jefa, estaré jodida siempre y no porque no pueda, sino que conozco mis límites, se lo que puedo hacer y se que no toda la vida.
Por eso dejo mi ego a un lado y me enfoco en mi salud y en los proyectos que mantengan al lobo dormido, como hasta ahora, que solo despierta para darme unos arañazos o mordiscos, pero no se atreve a arrancarme de tajo la piel.
Y todo esto para decirte:
Cuando me esforzaba por vencerte, maldito lobo, más atacabas, en ocasiones eres tan sabio que me das algunos mordiscos para que me detenga y en esta ocasión te hice caso, decidí que no quería arrancaras un trozo de mi piel y con ello un trozo de vida. Decidí alejarme de cosas que disfrutaba y no lo niego me dió tristeza, porque me sentí débil, perdedora y tuve mucho coraje.
Hasta que puse en primer lugar mi salud y acepté que era solo un trabajo, y que mi vida y salud valen más, dejaste de atacarme y mi cuerpo y mi ánimo comienzan a estar en su balance.
Gracias lobo, también por enseñarme que a veces hay que hacer un alto y revisar nuestro cuerpo y todas sus señales.

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