domingo, 12 de junio de 2011

¿ACTOR O ESPECTADOR?





Cuando me enteré que tenía lupus, honestamente no sentí que fuera el fin de mi mundo, tampoco me sentí triste, ni nada negativo, únicamente me "agradó" el hecho de tener un diagnóstico tras un par de meses en su búsqueda. Pues contaba con tal solo 14 años y estaba finalizando y disfrutando mi secundaria y no tenía ni remota idea de lo que pasaría meses después.


Entre los tratamientos incorrectos, los dolores articulares que no me permitían ni moverme en cama, la pérdida de cabello, la anemia y la fatiga provocada por ésta, ya estaba yo en la preparatoria y había engordado bastante tras las dosis altas de corticoide, lo siguiente que hice fue alejarme de la gente, mi vida constaba en ir a la escuela y regresar a casa, comer y dormir, me deprimí, lloraba y me decía que para mí esa no era vida, sentirme enferma y con dolor en mi cuerpo. Porque hasta ese entonces era lo único que sabía del LUPUS, que es doloroso y cansado. Solo tomaba mi medicamento y aunque no sentía dolor en el cuerpo, si lo sentía en mi corazón, me sentía vacía.

La sonrisa que me caracterizaba antes de mi diagnóstico se esfumó, ahora era una adolescente solitaria y triste.

A pesar de todo eso que me estaba pasando y que día tras día me iba marcando, hubo cosas buenas, Dios puso a varios ángeles en mi camino, uno de ellos y el primero, mi madre que siempre me acompañaba a donde yo necesitaba ir, porque a mi me daba vergüenza salir sola, verme tan gorda (ya saben el efecto secundario de las altas dosis de prednisona), porque nunca había estado así, era una chica delgadísima, fue mi ego y mi vanidad lo que más me afectó el LUPUS, en aquel momento.

Después de unos meses, gracias a Dios, caí en manos de mi segundo ángel, de un reumatólogo maravilloso que fue transformando mi vida, comenzó a darme el tratamiento correcto y todo empezó a tener sentido en mi vida, emocional y físicamente; y por consecuencia comencé a verme mejor, a irradiar una energía que durante meses no lo había hecho. Bajé de peso, mi ánimo mejoró muchísimo y comencé a relacionarme con los compañeros de la escuela.



Compañeros que se fueron convirtiendo en amigos y a la fecha lo seguimos siendolo. Ellos son mis ángeles número 3.


Mientras escribo esto, caigo en cuenta que por mucho tiempo estuve peleando contra la enfermedad, lo cual desde mi punto de vista es que realmente peleaba contra mí. No entendía en aquel tiempo cómo manejarme ante en LES y tampoco comprendía que ante las dificultades tengo dos opciones: una es, ser solo una espectadora y ver qué ocurre, por lo regular nada y la segunda opción era ponerme a hacer algo, ser actor/actriz en mi propia vida.



Entonces opté por conocer acerca del LES para poder comprendernos y de esa manera en lugar de atacarnos, ser empáticos, dándose como resultado una mejoría en mi salud.



Tras elegir actuar, me fui percatando de lo que me perjudicaba y día a día lo alejo de mí. Por ejemplo: no salir al sol, usar siempre sombrilla/paraguas/cachucha/gorra, protector solar, evitar ciertos alimentos, cuidar el peso (que es lo mas difícil para mí) , hacer actividades que me gusten y que disfrute para de esta manera ser feliz.


NO MENTIRÉ, claro que se me hizo difícil hacerme amiga del LUPUS, llevamos siendo amigos tan solo unos 5 años y estoy diagnosticada hace 16. Pero estos años que llevamos de amigos el LES y yo, suplen aquellos en que lo veía como enemigo. Porque ahora sé lo que necesito SABER.


Y de las cosas que necesito saber es: 1) empezar a ver por mí y por mi salud, 2) ser consciente de lo que me beneficia, 3) las cosas que me mantienen en pie y 4) disfrutar mi vida con lo que mi propio cuerpo me permite disfrutar, sin pretender buscar aquello que ya no tengo y que no puedo hacer, no porque no tenga la capacidad, sino porque ahora soy diferente, ahora soy más frágil y no me apena decirlo, no puedo hacer ciertas cosas, porque éstas terminarían por dañarme y yo no quiero eso en mi vida, yo no quiero daño, yo quiero salud.



Mientras buscaba la forma de mejorar mi salud y esa felicidad anhelada, fui haciendo los ajustes en mi vida, esos ajustes que me mantienen saludable, alegre, tranquila. Y después de caer y levantar comprendí que mi vida cambió al instante que dijeron TIENES LUPUS, y con el tiempo me permití elegir, a mi ritmo y sólo cuando me sentí lista para asumir esta responsabilidad de elección, ser actriz en la búsqueda de mi salud y mi felicidad.



La vida está llena de opciones y está en cada uno elegir ser un simple espectador o un gran actor en nuestra vida.


Y yo sé que tú sabes muchas cosas, sé que sabes los límites que puedes permitirte o no, sé que sabes que hay sentimientos que estancan y también hay sentimientos que te permiten volar y sentirte libre, sé que tú sabes que llegara el día que te sientas preparada y que desees...vivir armoniosa y saludablemente con tu lupus.

¿CÓMO QUIERES VIVIR HOY? SIENDO ESPECTADOR O ACTOR EN TU PROPIA FORMA DE VIDA.

1 comentario:

  1. Me encanta, estoy totalmente de acuerdo y me siento muy identificada en muchas cosas. Debemos saber dónde están los límites, pero eso no quiere hacer que no podamos llevar una vida normal, esa es ahora nuestra vida, todos (con lupus y sin él) evolucionamos y vamos cambiando, este ha sido nuestro cambio y debemos aprender a adaptarnos, sin dejar que esto nos abata.

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