Es una enfermedad compleja por la que se pueden afectar múltiples órganos y sistemas como el músculo-esquelético, muco-cutáneo, renal, hematológico y el sistema nervioso central o periférico. El Lupus Eritematoso Sistémico (LES), además, se acompaña de la presencia de auto-anticuerpos que median en los principales mecanismos lesionales de la enfermedad.
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica de causa desconocida. Al igual que en otras enfermedades autoinmunes, parece haber factores ambientales que actúan sobre individuos predispuestos genéticamente y que podrían desencadenar la enfermedad: la exposición a la luz solar, fumar o los estrógenos que se asocian con la enfermedad. No obstante, no se ha confirmado que sean factores etiológicos (causantes) de la misma. Tatiana Cobo, reumatóloga del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid, informa de que puede cursar con actividad persistente o en brotes.
“Un porcentaje de pacientes puede tener sólo presencia de anticuerpos en los análisis sin manifestaciones clínicas durante largo tiempo. Los síntomas más frecuentes suelen ser el dolor muscular, el dolor articular, la inflamación articular, la fatiga y la astenia”, comenta. A lo largo de la vida del paciente, la enfermedad puede afectar a uno o varios órganos. La doctora, que es profesora asociada de Reumatología de la Universidad Europea de Madrid, explica que los tratamientos ayudan “a evitar el daño irreversible que puede originar la enfermedad, como insuficiencia renal, artritis persistente, lesiones cutáneas que dejan cicatriz, alteraciones en las células sanguíneas, etcétera”.
Si bien, advierte de que se debe tener experiencia en el uso de estos tratamientos, ya que pueden originar también daño a largo plazo. ¿Se trata de una enfermedad hereditaria? la reumatóloga responde negativamente. “Hay una predisposición genética, pero no es hereditaria”, expone. Según sus palabras, se desconoce la causa exacta, pero alguno de los factores que podrían estar relacionados es el hormonal, la presencia de estrógenos. “Aunque la enfermedad puede aparecer a cualquier edad, en la mayor parte de los pacientes se inicia entre los 15 y los 40 años, con un predominio femenino de 9:1. En este rango de edad, las mujeres presentan una mayor producción de estrógenos. Se ha confirmado que, cuando el LES aparece antes de los 15 años o después de los 50 años, la diferencia entre sexos es menor en estas edades la producción de estrógenos entre las mujeres es más baja”, indica.
La incidencia y prevalencia está influenciada por la edad, el sexo o la procedencia étnica de la población estudiada. La incidencia global varía entre 1-10 casos por 100.000 habitantes y año. En España, el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología estimó una prevalencia de hasta 91 casos por cada 100.000 habitantes. “El LES se ha descrito en todos los continentes, es raro en África, pero, curiosamente, común entre descendientes de africanos asentados en otras partes del mundo, y es especialmente relevante en el área caribeña y en EE UU. Las tasas de incidencia y prevalencia son 2-3 veces más altas entre población con ascendencia africana o asiática que entre caucásicos, y las tasas más altas se observan entre nativos norteamericanos y aborígenes australianos”, comunica.
Por otro lado, esta reumatóloga declara que “las terapias biológicas son una herramienta útil, que amplía el abanico de tratamientos en los pacientes con LES”. Van dirigidas a dianas concretas importantes en la patogenia del LES. “Nos ayudan especialmente en los pacientes con poca respuesta o sin respuesta a tratamientos habituales”, añade.
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