jueves, 19 de marzo de 2015

El estrés es responsable del auge de varias enfermedades

Aunque la persona no reconozca que tiene estrés, el cuerpo se lo va a hacer sentir: enfermándolo. 

Uno de los problemas es que la persona no detecta cuando sufre de un nivel de estrés alto. El incremento de las enfermedades autoinmunes son un reflejo del ello, según han estudiado Lesbia Luzardo, doctora en Farmacia y directora del Sistema Integral de Aprendizaje y Productividad, y Dietrich Zschaeck, médico nefrólogo e inmunólogo de la Clínica Ávila, quienes han trabajado el tema del estrés desde hace varios años.

Cuando hablan de enfermedades autoinmunes se refieren a patologías como las de la piel, tipo psoriasis, vitiligo, lupus. En este renglón también se incluyen otras enfermedades como resistencia a la insulina. "Se desarrollan cuando los anticuerpos del organismo se convierten en agresores de las células", explica Luzardo. Las gripes seguidas son también una prueba de que el sistema inmunológico se ha debilitado.

En el caso del cáncer, el estrés también influye. Cerca de 15% de las causas que provocan el cáncer son de origen genético, "pero esto no justifica la escalada de casos que se han diagnosticado en los últimos años", dice Luzardo. Según algunos estudios que maneja, hasta 60% de la incidencia del cáncer se debe a estrés emocional. "El estrés precipita el desarrollo del cáncer", afirma.

La enfermedad viene por esas emociones negativas que el cuerpo guarda en la memoria celular. "Esas emociones como miedo, rabia y tristeza repercuten en la salud. El estrés altera moléculas como la adrenalina y la cortisona, baja el sistema inmunológico y por eso, cualquier punto frágil se desarrolla o el cuerpo es vulnerable al ataque de cualquier virus del ambiente, por débil que sea. 

Semáforo en amarillo

Lesbia Luzardo asegura que el cuerpo avisa si sufre estrés pero muchas personas ignoran esas señales cuando aún son incipientes. "Es como un semáforo. Cuando empieza a sentir estrés, el cuerpo cambia de luz verde a amarilla, pero muchos reaccionan cuando ya está en luz roja", compara. 

Además de las gripes frecuentes y el desarrollo de enfermedades autoinmunes, existen otros signos que las personas deben tomar en cuenta antes que sea demasiado tarde.

Dormir mal o conciliar el sueño con dificultad es una señal de alarma, sobre todo si antes no se había sufrido de eso. "Es recomendable bajar la frecuencia cerebral antes de dormir, leyendo, rezando o meditando. No se debe ver la televisión por más light que sea el programa, incluso si ven Animal Planet, el cerebro no se relaja", apunta Luzardo.

La falta de motivación para el trabajo o los estudios es una señal grave. No se trata de rechazo a la actividad diaria sino de indiferencia, ese "me da lo mismo". Para Luzardo, esto es terrible pues revela depresión y desmotivación.

"Otro elemento muy perjudicial es lo que llamamos 'la creencia insana', que es ese convencimiento negativo que acompaña permanentemente a algunos individuos. Puede ser culpar a otro por sus males, pensar que nunca se va a mejorar, creer que no sirven para nada...", acota Luzardo. Comenta que no sólo es el propio sujeto quien se convence, sino que los padres también pueden influir en sus hijos. "La palabra es muy poderosa", recuerda.


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