Protegernos del sol

Protegernos ¿del sol? Más bien de la radiación UV (ultravioleta)

Hay muchas radiaciones que no se ven ni se sienten. Por ejemplo las ondas de radio. Estamos inmersos en ellas pero no las vemos ni sentimos nada. Ocurre lo mismo con la UV.

Pero, a diferencia de las ondas de radio, la radiación UV, a partir de ciertas dosis, es perjudicial. El problema radica en que no nos damos cuenta de que nos afecta hasta que es demasiado tarde.

El sol no es la única fuente de rayos UV pero sí, con mucho, la más importante.

Protegernos del sol implica impedir que sus rayos alcancen nuestra piel. Sin perder de vista que no sólo recibimos la radiación directa, sino también la reflejada. Tengo la ventana abierta, el sol no da directamente a mi ventana. Pero no estoy a oscuras, me llega la luz que refleja la atmósfera, los edificios de enfrente, etc, etc. También me llega la radiación infrarroja (el calor).... y la UV

En general la radiación reflejada es muy inferior a la directa. Pero hay veces en que la reflejada tiene importancia. Por ejemplo si estamos en un paisaje nevado. Por ejemplo si estamos en una playa con arena y el mar cerca. Por ejemplo en una población con todas las casas pintadas de blanco.

Nos conviene evitar situarnos en lugares donde nos llegue directamente el sol o donde haya mucha radiación reflejada. O cubrirnos con algo que nos proteja.

No todo lo que parece que protege protege lo suficiente. Si pones un visillo en una ventana no verás lo que hay fuera pero no se queda la habitación a oscuras. Para que se quede a oscuras tienes que cerrar postigos o bajar persianas. Si la luz pasa a través de un visillo la radiación UV con más motivo (es más penetrante). Si te paseas por la playa en verano con una camiseta no estás suficientemente protegido, la radiación UV atraviesa la camiseta. No atraviesa un abrigo de invierno, pero una camiseta sí. Un sombrero de paja trenzada no detiene del todo la radiación, uno de fieltro de invierno sí.

Seguirá....